EVOLUCION SERES VIVOS
¿SIGUE EL SER HUMANO EVOLUCIONANDO ACTUALMENTE?
Cuando hablamos de evolución, lo primero que pensamos es en los millones de años que toma dicho proceso. Sin embargo, olvidamos que la especie humana como la conocemos en la actualidad es sólo uno más de los eslabones de un proceso de evolución continua, lo cual significa, que así como nosotros no somos como lo eran nuestros antepasados hace miles de años, nuestros descendientes tampoco serán como nosotros, la evolución de nuestra especie es un proceso que continúa su camino.
5 SEÑALES
1.- Ojos azules
En la especie humana sólo existía una variedad de color de ojos, el café, pero hace aproximadamente 100 mil años, alguien que vivió en los alrededores del mar negro desarrolló una mutación genética que le dio color azul a sus ojos. Con el tiempo dicha mutación se extendió a gran número de individuos, convirtiéndose ya en una característica de un sector de la especie humana y no sólo una mutación aislada.
2.- Nuestros cerebros se encogen
Tendemos a creer que el tamaño del cerebro humano es la causa de la inteligencia de nuestra especie, sin embargo esto podría ser refutado al analizar las evidencias de que el tamaño del cerebro se ha encongido a lo largo de los últimos 30 mil años, pasando de un volumen de 1,500 centímetros cúbicos a 1,350, casi lo equivalente al volumen de una pelota de tennis.
Una teoría apunta a que nuestro cerebro se encoge debido a que la humanidad posee ahora la capacidad de crear sociedades grandes y mucho más complejas, dando a sus miembros una sensación de “seguridad” que nos hace perder capacidades que en el pasado, como especie nómada y de grupos pequeños, necesitábamos para cazar y sobrevivir.
3.- Resistimos más enfermedades
Investigaciones recientes han descubierto que cerca de 1,800 tipos de genes que se han hecho predominantes en los últimos 40 mil años, están enfocados en resistir enfermedades como la malaria, variantes genéticas que se han propagado rápidamente entre los habitantes del continente africano principalmente dentro de las ciudades, donde es más probable el contagio. Así mismo, variantes genéticas enfocadas en resistir a la tuberculosis y a la lepra, han tenido un comportamiento similar.
4.- Perdemos los dientes
En el pasado, nuestros ancestros tenían una dieta dura, basada en raíces, nueces y hojas diversas, lo cual desgastaba sus dientes de una manera mucho más acelerada que en la actualidad, lo cual ejercía por fuerza natural, la necesidad de tener remplazo de estas piezas dentales, por ello, según expertos, aún poseemos un tercer grupo de molares que nacen en la edad adulta, las conocidas “muelas del juicio”, que fueron en el pasado, el sustituto de las piezas faltantes por el desgaste. Hoy la especie humana tiene utensilios como los cubiertos, que facilitan la ingesta de los alimentos, tenemos procesos más avanzados de preparación que a su vez suavizan todo aquello que ingerimos, por lo cual las “muelas del juicio” han dejado de ser útiles, razón por la cual 35% de la población mundial nace sin ellas, principio de su proceso de desaparición total.
5.- Intolerancia a la lactosa
El gen que permite la digestión de la lactosa ha sido propagado de manera más acelerada a raíz de que la especie humana aprendió a domesticar ganado, mismo que se convirtió en base de la alimentación de muchas regiones del mundo. Originalmente nuestra capacidad de digerir este compuesto se eliminaba una vez que ocurría el destete a temprana edad, sin embargo esta capacidad se mantuvo al cambiar los hábitos alimenticios. Investigaciones apuntan a que este cambio evolutivo ocurrió apenas hace 3 mil años, por lo cual aún es común encontrar sectores poblacionales sin esta capacidad.
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